Ejerció su profesión de Fiscal en Pontevedra, Oviedo y durante largos años en Barcelona, en donde fué Presidente del Centro Gallego.
Como escritor y poeta nos ha dejado importantes legados, en los cuales puede comprobarse su gran amor a la tierra que lo vió nacer. Su prosa y su poesía, la mayor parte, son referencias, llenas de sentimentalismo, a la tierra de Caldelas. Su melancolía y su nostalgia, me recuerdan a Rosalia.
En una de sus poesias, a "Montaña Nai" dice:
E eu Casado Nieto
son montañes pra sempre
A montaña Cecais nacen conmigo
En su poesía "Emigrantes", narra la desazón y el dolor de todos, los que tienen que abandonar su tierra, incluido él.
Todo o mundo e camiño
Pra camiñar os homes pro desterro
Tuve la suerte de conocerle y disfrutar de su compañía, unas horas, todos los veranos en visita, que yo consideraba obligada y deseada, por la satisfación que me producía.
Lo recuerdo en el comercio o en la galeria de la casa; su cercania, su cariño, su verbo fácil, sus disertaciones, siempre en gallego, me hacían corta la tarde que todos los meses de agosto nos dedicaba a mi y a mi mujer de la que era primo carnal.
Tenía una memoria prodigiosa y relataba sus viviencias infantiles con una gran tristeza. A los cinco años lo vistieron de luto por la muerte de su padre. Conocía toda la Comarca, pueblo a pueblo y tenía referencia de casi todas las personas; sus historias, sus "contos" de toda Caldelas, eran vividos por mí con gran atención e intensidad; eran historias de nuestras gentes, de nuestros pueblos, a los que tanto quiso y quiero yo.
En el verano de 1974 le llevamos a nuestro hijo, con solo un año, para que lo conociese; después de hacer las preguntas de rigor: nombre del niño, pareceres etc, etc. dijo: iste neno chamase Nestor, (sin acento), igual co seu avó . Néstor, (con acento ), e un nome inventado po los novos eruditos castelans.
Decía que una de sus mayores satisfacciones había sido conseguir que su mujer Eva, catalana, y sus hijos Xoan Manuel, ya fallecido, Yago y Eva, se sintieran caldelaos.
Cada vez que voy al Castro lo "veo" en la puerta del comercio con sus brazos levantados dispuesto a darme el fuerte abrazo que siempre me brindaba.
Unos días antes de regresar a Barcelona, finalizadas las vacaciones, se asomaba a los miradores que divisan la Abeleda y las tierras de Lemos y lloraba desconsoladamente por tener que partir y no poder seguir disfrutando de aquel entorno que tanto quería.
Era un auténtico Caldelao y un enamorado de Galicia. Una de sus frases que me permito hacer mía lo identifica plenamente.
DOUCHE AS GRACIAS OUH DEUS PO FACERESME GALEGO