jueves, 22 de diciembre de 2011

Inauguración Casa das Rodas

El 24 de septiembre de 2011 mi aldea natal se vistió de gala. Un sol radiante presagiaba el evento.


El "Padrairo", árbol secular, simbolo de reuniones de vecinos generación tras generación y la fuente, magistral obra del gran Nicanor, inaugurada hace 50 años, fueron testigos mudos de la gran celebración.

Gentes de todas partes, personas importantes, empresarios brillantes, se dieron cita en la gran fiesta.


Florencio de Arboiro, importante escultor, contrastado antropologo, inauguró su casa de RODAS DE AFIAR, su colección es única en el mundo.


En su casa familiar se puede contemplar desde ese día su incalculable labor. Desde ese día el pueblo de Arboiro le habla al mundo, a todo el mundo, de las vivencias de nuestros "grandes hombres" de nuestros,casi extinguidos, afiladores. Cada rueda de afilar es una historia, cada rueda de afilar es una vida entera...


Gracias a la generosidad de mi hijo Néstor Rodríguez Nieto que nos llevó, asistimos al acto, él, mi mujer Pilar Nieto Gómez y mi nieto Néstor Rodríguez Artola "excepcional" personaje de tres años, enamorado de la aldea y que lo pasó a lo grande.


Después de la inauguración, se celebró una gran comida con productos de la tierra, cocinados por Sita, Pilarita, Benigno, Chelo, Fito y Elisa.


Departí la comida con Maximino, tio de Florencio y desde nuestro ya longevo observatorio, recordamos a todos nuestros vecinos ya desaparecidos. Hablamos de nuestra niñez, de nuestra infancia, de nuestra juventud y del transitar de nuestra vejez. Fué un día pleno de emociones que me ayudan a seguir "navegando" con el recuerdo imborrable de mi rincón del alma.


Tuve el gran honor, gracias a la deferencia de Florencio y de otros relevantes asistentes, como Olegario Sotelo Blanco, de dirigir, a los postres, unas palabras a todos los allí reunidos; el afecto demostrado me emocionó y me acompañará hasta el final de mis días.


Nunca podré olvidr ese día.


Tengo la certeza y la enorme satisfacción, de que Arboiro, mi querida aldea, ya nunca morirá. Florencio y el pueblo que nos vió nacer, vivirán eternamente y allí queda la muestra indeleble de un oficio, de nuestra tierra, que recorrió el mundo.


Gracias para siempre amigo.

viernes, 7 de octubre de 2011

Olegario Sotelo Blanco

La tierra de Caldelas es tierra de grandes hombres; entre ellos se encuentra Olegario, nacido en Quintela de Mazaira hace 66 años. A temprana edad, se trasladó a Barcelona en donde se labró ,a base de esfuerzo e inteligencia, un alto estatus social

Brillante empresario en múltiples actividades, destacando en los sectores inmobiliario y editorial.

Sobresaliente periodista y escritor con obras dedicadas, en su mayor parte, a su querida Caldelas, narrando con su fina pluma la problemática de la comarca y de sus gentes.

Como antropólogo y etnografo, su labor será determinante para que las generaciones actuales y las venideras puedan tener constancia de la forma de vida de sus mayores y de sus antepasados , de aquél mundo rural y de aquellos oficios que prácticamente desaparecieron en dos o tres décadas, fruto del infortunio de una emigración alentada y mortal para nuestras queridas aldeas.

Sus conferencias, tanto en España como en el extranjero, son referencia de su vasta formación.

Su gestión como Presidente del Centro Gallego de Barcelona, será siempre recordado por sus desvelos en renovar la institución.

Su cercanía a los paisanos, su humildad y su apego a la tierra que lo vió nacer, me identifican plenamente con él y cada día le hacen más grande.

Desde aquí mi admiración por la ingente labor realizada que será muestra imperecedera de su talento y de su saber hacer.

Quiero también, dejarle constancia de mi agradecimiento por inmortalizar a mi inolvidable padre en su obra "Antropoloxia Cultural da terra de Caldelas", con fotografías ejerciendo el noble oficio de molinero. Guardo como oro en paño y como recuerdo para mis herederos, la grabación de la entrevista que le realizó en el molino, en compañía del famoso escultor Florencio de Arboiro y de mi querido primo Eugenio de Medos.

Dijo Marañon:

Vivir no es solo existir
sino existir y crear
saber gozar y sufrir
y no dormir sin soñar
descansar, es empezar a morir.

Le deseo una larga y feliz vida, se lo merece.