martes, 29 de marzo de 2016

ARBOIRO CERRO SUS PUERTAS


Con fecha 17 de febrero de 2009 escribía un artículo en mi blog que titulaba:

ARBOIRO SE MUERE. Allí pedía a todas las Instituciones que resolviesen el problema que presagiaba. Desde entonces implore a todos los estamentos posibles, incluso a los celestiales, para que escuchasen mis ruegos; todo fue baldío y Arboiro cerró sus puertas
centenarias el mes de abril de 2015.

Ese mes falleció con 91 años Albino Alvarez, su último morador con residencia fija en la aldea; ese mes se enterraron para siempre miles de historias, ese mes murió un pueblo, que como todos, merecía seguir existiendo.

Allí quedan las casas en la más absoluta soledad, guardando entre sus paredes los recuerdos centenarios de todas las generaciones que una tras otra las han habitado; allí queda el llanto y el reproche a quienes durante siglos no prestaron atención al sector agrícola fuente de riqueza incuestionable.

Desde la baja Edad Media, desde los yugos del feudalismo, nadie se preocupó de salvar el sector primario y en las últimas décadas la mala gestión gubernamental con dientes de sierra en sus planificaciones, fueron incapaces de llevar a cabo un proyecto estable y consolidado para salvar al mundo rural de mi Comarca y de mi Provincia.

La desidia y el olvido de todos los estamentos institucionales condujeron a mi aldea natal y a otras muchas a su total desaparición; los que no están y los que están, responsables de la catástrofe, pueden sentirse orgullosos.

Solo queda un consuelo para los que aún vivimos y para generaciones venideras cuyas raíces están en la aldea, que el legado dejado por el famoso escultor y antropólogo Florencio de Arboiro y Olegario Sotelo Blanco, insigne escritor, ya es y será la muestra imborrable de lo que fueron los oficios, las costumbres y la forma  de vida de nuestros ancestros.

Con el dolor recorriendo todos los rincones de mi corazón, he sido testigo del cierre de las puertas del pueblo que me vio nacer.