viernes, 7 de octubre de 2011

Olegario Sotelo Blanco

La tierra de Caldelas es tierra de grandes hombres; entre ellos se encuentra Olegario, nacido en Quintela de Mazaira hace 66 años. A temprana edad, se trasladó a Barcelona en donde se labró ,a base de esfuerzo e inteligencia, un alto estatus social

Brillante empresario en múltiples actividades, destacando en los sectores inmobiliario y editorial.

Sobresaliente periodista y escritor con obras dedicadas, en su mayor parte, a su querida Caldelas, narrando con su fina pluma la problemática de la comarca y de sus gentes.

Como antropólogo y etnografo, su labor será determinante para que las generaciones actuales y las venideras puedan tener constancia de la forma de vida de sus mayores y de sus antepasados , de aquél mundo rural y de aquellos oficios que prácticamente desaparecieron en dos o tres décadas, fruto del infortunio de una emigración alentada y mortal para nuestras queridas aldeas.

Sus conferencias, tanto en España como en el extranjero, son referencia de su vasta formación.

Su gestión como Presidente del Centro Gallego de Barcelona, será siempre recordado por sus desvelos en renovar la institución.

Su cercanía a los paisanos, su humildad y su apego a la tierra que lo vió nacer, me identifican plenamente con él y cada día le hacen más grande.

Desde aquí mi admiración por la ingente labor realizada que será muestra imperecedera de su talento y de su saber hacer.

Quiero también, dejarle constancia de mi agradecimiento por inmortalizar a mi inolvidable padre en su obra "Antropoloxia Cultural da terra de Caldelas", con fotografías ejerciendo el noble oficio de molinero. Guardo como oro en paño y como recuerdo para mis herederos, la grabación de la entrevista que le realizó en el molino, en compañía del famoso escultor Florencio de Arboiro y de mi querido primo Eugenio de Medos.

Dijo Marañon:

Vivir no es solo existir
sino existir y crear
saber gozar y sufrir
y no dormir sin soñar
descansar, es empezar a morir.

Le deseo una larga y feliz vida, se lo merece.